- Soy muy impaciente. Siento tan rápido y, aunque eso no quiere decir que no sea real y sincero, saturo a la gente. A la gente normal le incomodo. Y bueno, después de darle muchas vueltas lo veo normal.
- He dejado a mis amigos de lado por placeres y desacuerdos personales, y aún así han seguido ahí. Intentando hacer que reaccionara, por lo que al final me di cuenta de que esos, son los amigos que de verdad me quieren. Los que se preocuparon por mí aún mosqueados y molestos. Ellos lo valen.
- No me arrepiento de cagarla. No me arrepiento de haber hecho lo que mi corazón ha querido porque ahora sé que mi mente va a tomar un papel más importante en mi vida. Como suelo decir, lo que más deseo para la gente que quiero es que la caguen. Y cuanto más, mejor.
- Escribir me ha salvado la vida muchas veces. Tengo tantas hojas locas en mi mesa... Escondidas, tiradas y rotas, que podría hacer una pequeña enciclopedia barata. Hay tantas hojas que han recogido mis lágrimas y tinta que se ha corrido con ellas, que aún no sé cómo agradecer a lo que fuere por hacerme así y darme esta virtud que no es escribir: es saber desahogarme en el papel.
- Pese al dolor, nunca voy a negarme sentir y arriesgarme por el más mínimo detalle. Hice todo lo que quise con mi corazón en un puño. Se lo di a alguien, y no lo recuperé. Pero esas cosas pasan, y ahora soy más cauteloso. Pero lo pasé tan bien... Reí, lloré y sentí tanto, que tardaré un tiempo en estar recuperado para querer volver a pasar por ello. Pero sí lo recordaré con una sonrisa. Al fin y al cabo, viví.
Un fuerte abrazo a todos, ¡hasta mañana!
No conozco al autor de la fotografía
No hay comentarios:
Publicar un comentario