Infinito 40: Somos interrogaciones

 Los atardeceres en Invierno a las siete de la tarde. Nubes sonrojadas por la marcha del Sol en el horizonte, mientras el peso de la noche cubre mi espalda. Camino solo intentando dar con la respuesta. Esa respuesta que suponga la solución a todas las preguntas que podamos hacer. A lo mejor es lo que somos todos nosotros: Preguntas andantes.

 Podría ser bonito pensarlo de esta manera. Cuando conocemos a alguien, aquellos que somos grandes interrogaciones necesitamos nutrirnos de nuevos pensamientos, reflexiones y preguntas.

 A las grandes interrogaciones no se nos da bien relajarnos. Encontrar el punto en el que todos tus músculos están tan adormecidos pero tu mente tan activa... No es necesario fumarse un porro para ello, os lo puedo asegurar.

 Todo aquel que sea una gran interrogación, sabrá que es muy inteligente para unas cosas, y muy estúpido para otras. Vamos andando por nuestro camino abrumando a las interrogaciones superfluas , que nadan en un mar de inconsistencia. Y se alejan diciendo: Eres un rayado.

 Cuando me llaman raro me lo tomo como un halago. De alguna forma has conseguido ser distinto, así que sólo queda seguir por tu camino. Atraer a las interrogaciones que te complementen y viceversa. Porque yo ahora camino dentro de un atardecer que puedo alargar cuanto plazca. Pensando en que mañana, cuando salga el Sol, habré disfrutado de la mejor forma posible tanto de mi camino, como de este atardecer y las interrogaciones que tengo conmigo.

 Porque no hay camino que uno pueda completar solo. Pensad en eso, y en por qué lo digo.

Foto de: instasenses

Hasta mañana a todos, un abrazo