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viernes, 11 de diciembre de 2015

Infinito 8: La moneda de oro

Érase una vez
En un lugar sin color ni sonidos
Una hermosa moneda de oro que había nacido en el corazón del planeta
Este resplandeciente pedazo de metal fue creciendo y creciendo
Conoció a mucha gente pero, nunca notó sentirse complementada
Se sentía rara viendo tantas monedas de plata y bronce junto a largos y arrugados billetes
Empezó a pensar que se sentía mal por su culpa
Ya que no llegaba a estar a gusto con nadie, y ninguna moneda o billete podían hacerla sentir como ella era, de oro
Con el tiempo se fue ensuciando, pensando que realmente no valía nada
Por cosas que le decían los demás, y por otras cosas que ella se decía a si misma, y se acababa creyendo
Un día paseando bajo la lluvia, se miró las manos
Y éstas ya no reflejaban el cielo ni el arcoíris
Pues estaban marrones y sucias como todo el que pasaba a su lado
La moneda de oro no entendía por qué ya no brillaba ni reflejaba las cosas bonitas que veía
Se sintió triste, y acabó asumiendo que si ahora no era de oro, era por su culpa
Sin embargo, un día mientras estaba sentada en ninguna parte en cualquier momento, apareció un viejo billete arrugado
Le dijo ante su mirada apenada que a él le hubiera encantado ser una moneda
Porque son fuertes, y aunque nadie lo sabe, valen mucho
Porque los billetes tienen grandes números y detalles en ellos pero, se arrugan con facilidad
Y nunca consiguen volver a estar igual de tersos
El viejo y arrugado billete se levantó para dar un abrazo a la triste moneda de oro
Cuando se separó, de repente vio cómo ya no tenía las manos marrones
Y reflejaba el sol que se abría paso entre las nubes grises
Así fue como el billete, con todo lo que cubría el cuerpo de la moneda dijo:
"No pienses que por estar embarrada eres menos hermosa. Porque siempre dentro ti y aunque no lo veas, serás de oro"



No conozco al autor de esta fotografía

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