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domingo, 6 de diciembre de 2015

Infinito 3: Maestro y profesor

 La imagen del maestro está demasiado descentrada en nuestra sociedad. Y antes de que siquiera indague un punto y seguido más, debo decir que hay personas que también están lo suficientemente desubicadas como para dedicarse a algo que creen que es vocación, y en realidad es comodidad. Uno de los mayores delitos que hay. Se planteó hace unos años la idea vanguardista pero nunca tomada en serio, de realizar tests y pruebas a adultos que quisieran tener hijos, para determinar si serían unos padres adecuados para lo que una nueva vida, responsabilidad personal y social representa. Esto sí se puede aplicar con respecto a lo que uno quiere dedicarse, mediante la selectividad y sus notas mínimas para cursar una carrera determinada. Y es que la carrera de magisterio tiene una nota demasiado baja para lo que se le va a preparar a una persona.

 Hace poco, visité a una antigua profesora de Literatura para tomar un café, y le acompañé a recoger a sus hijos. Me los presentó y me sentí muy raro. Por extraño que parezca y mal que pueda sonar, me di cuenta de que los profesores y maestros, también son personas. Su tarea es ayudar a sus alumnos a encontrar el camino correcto según las pautas más coherentes. Su tarea es no dejar que se desplomen. Y esto influye en cualquier curso, a cualquier edad. Es la profesión de la educación con la implacable y tremendamente responsable tarea de crear personas, y formarlas. Y, ¿qué es lo que ocurre con todo esto? Que no todo el mundo está hecho de la pasta requerida. Y no pasa nada, no es malo ni es su culpa.

 Mucha gente escoge esta profesión por simplemente, hacerlo. Porque es sencilla, pueden pensar. Gran error. Tienes la responsabilidad de crear y moldear mentes. Puedes crear un batallón que si les influyes lo suficiente, te seguirán. Hay quien ya lo ha hecho. Este poder de profundizar en la mente de un alumno es un don que pocos tienen, y muchos desconocen.

 He tenido la suerte de tener al menos tres profesores así en mi vida. Pero hay quien no ha tenido ni uno, por lo que su carácter y educación han sido mermados indirectamente sin siquiera tener la opción de agrandar y curtir sus pensamientos por un buen mentor. Cuánta gente ha crecido en escuelas con profesores que no les motivaban. No les enseñaban a superarse a uno mismo y alcanzar sus objetivos. Cuántos alumnos se han desanimado por tener un profesor que no les presta atención, ni se interesa en ayudarles. Es triste, pero ocurre a diario.

 A pesar de esto, no somos menos almas pensantes nacidos de su esfuerzo y pasión. Mi trabajo, como el de todas las personas como yo, es intentar guiar y ayudar a todo aquel que lo necesite y nos permita hacerlo. Porque cuando no hay suficientes maestros vocacionales, somos los alumnos que una vez tuvieron, motivaron y moldearon, los que nos dedicamos a guiar a los que un día, fuimos nosotros.



Película "El Profesor" que me inspiró para escribir esta entrada. Recomendada al 100%

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