He puesto "Nuvole Bianche" de Ludovico Einaudi y de repente todo ha cambiado. Todo se ha empezado a emocionar y a coger un aire sentimental. La mirada perdida del hombre mayor que tengo delante, y los ojos inquietos de gran parte del vagón clavados en sus teléfonos. Algunas personas que bajaban y subían del metro se daban cuenta de cómo les miraba emocionado.
Ahora mismo hay una señorita sonriendo hablando por teléfono. Esa sonrisa me resulta más sincera con esta música. Pero la canción se está acabando y poco a poco las emociones se evaporan como las lágrimas de trasnoche. Las últimas notas y las últimas sensaciones.
El tempo me declara culpable por fijarme en cada detalle de la cara de todas las personas que me da tiempo a observar. Mientras sostengo mi abrigo negro y miro a todos con mis gafas sucias.
El hombre mayor se ha dormido. Me gustaría saber en qué está pensando. Con qué sueña. Qué música hace eco en su cabeza. Me gustaría tener la misma serenidad que él irradia. Pero el movimiento del vagón le despierta y se percata de mi mirada. No la voy a apartar, aún estoy intentando saber qué estaba pensando. Con qué música estaba soñando.
Dibujo de Almudena del Mazo
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