Ahora mismo leyendo: Yesterday y mañana de Mario Benedetti

miércoles, 17 de febrero de 2016

Infinito 75: Boat Song, un mundo en la nada

Hay un bote que conecta nuestra vida con la muerte sobre un gran océano
un viaje que no atenta contra el tiempo ni el espacio; es un mundo aparte
las aguas están tranquilas por tener a alguien junto a ellas
el viento acaricia al recién llegado con cariño, por una vez en su vida.

En mitad del horizonte va apareciendo la débil imagen de una puerta
no muy grande, como la entrada de su antigua casa
un inmenso mar azul y rosado le rodea bajo un manto anaranjado
y un nuevo sol  en el cielo calma cualquier duda que pueda abordar su mente.

Sólo navega hacia su puerta, de nuevo
para volver a entrar a casa, quizás por última vez
una puerta infinita con una trascendencia opaca
a los ojos de la vida que deja atrás en cada onda que se expande y desaparece.

El viento se impacienta y anima al bote a ir más rápido
no hay corrientes ni remos, la falúa va sola en el mitad de la nada
que pronto pasaría a ser un nuevo todo
un despertar diferente frente a un aurora que despunta hacia el inconmensurable vacío.

Sin peros y con todas las respuestas que nunca obtuvo
está cada vez más cerca de su designio, y se ve a si mismo sonriente al lado de la puerta
en una sola mirada el viajero entendió lo que ocurría
la muerte le había despertado del sueño de la vida.

Al abrir la puerta en mitad de la nada, con su otro yo en el escalón
vio el mundo con el que siempre soñó
vivo, radiante y lleno de energía
pero no quiso cruzar.

Su calco le abrazó con delicadeza mientras nuestro viajero cerraba la puerta
no estaba dispuesto a vivir sus sueños
sin antes luchar por vivir su vida de la mejor forma posible
en el mundo que le ha tocado y quiere intentar mejorar.

Subió al bote y con una sonrisa tras su mano dando una muda despedida
emprendió el camino de retorno a la vida que había dejado atrás
para despertarse dentro de un sueño,
o dormirse e ir de nuevo hacia otra meta, o al mundo que le espera al cerrar los ojos.

El viajero pasó a formar parte de la delicada brisa, como un recuerdo
y acariciará a todo aquel que vuelva a aparecer en ese embaucador océano
como la certeza de la respuesta que flota en la duda,
y el inquebrantable placer que envuelve nuestro cuerpo al estar relajados en un mar de dudas.



Esta es la canción que me ha inspirado para la entrada de hoy: Boat Song - Woodkid
Si podéis volver a leerlo esta vez con la música de fondo, os prometo que será una forma distinta de leer.
Hasta mañana

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