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sábado, 6 de febrero de 2016

Infinito 65: Reflexión pura y dura

La libertad ilusoria que nos plantean nuestros sentidos
son unos barrotes que te abrasan si te acercas
y mientras te mantengas alejado
su odio no podrá cicatrizarse en tu piel.

Vivimos en un mundo donde la única libertad que existe
es la del pensamiento propio por cualquier chispa
y estoy muy cansado de vivir en un pozo de hipocresía
al que yo permanecí y maldije en su día.

El curso de la historia nos ha enseñado cómo no debemos actuar.
Pero siguen habiendo grandes líderes que miran su fajo de billetes
mientras los que han hecho que ese, ser, esté donde esté
se mueren en las fronteras bélicas y países hambrientos.

Me da rabia pertenecer a un mundo así
donde no puedo hacer nada más que escribir, pensarlo y
darme cuenta de que la impotencia es tan real
que mis manos se tensan y mis sentidos se vuelven en mi contra.

Este es un mundo cruel, injusto y que ha perdido parte de su humanidad.
Y yo, creando mundos futuristas y de muerte, destrucción y caos me pregunto
si se podría creer en un futuro donde la igualdad no se plantee entre sexos
sino entre seres vivos.

Un futuro donde la justicia pudiera ser algo lógico, en vez de algo dictado
si se podrá decir lo que uno cree sin tener que amordazarle después
un mundo donde la libertad sea más que una palabra
y pasen a derretirse esos barrotes que ahora empiezan a calentar mi carne.

Desearía creer en una sociedad donde el sentido común
lo pudieran tener más que un puñado de personas
que han ilimitado sus capacidades para plantearse todo lo que otros temen
hasta el punto en el que, acaban escribiendo algo así.

Ahora mismo, este es un mundo de mierda y con personajes indescriptibles.
Me encantaría que algún día el talento no se basase en lo que puedes enseñar
sino en lo que puedes crear en una habitación vacía
lo que tu mente desencadenada puede plasmar si se le permite.

Es obvio que este mundo tiene cosas buenas y honradas por las que luchar
pero por qué no las veo eclipsar a todo lo que me carcome.
El amor es natural y la violencia un invento,
quiero creer que vivo en un mundo donde eso aún es real.

Pero salgo a la calle, miro a la gente, y no me veo reflejado
me cuesta encontrar personas que no tengan un aura negra o de indiferencia
porque nosotros somos la triste esperanza de que algo puede cambiar
pero ahora no, ahora mi carne se está quedando pegada en el metal.


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