Qué bien sienta compartir con personas que te completan
Que aunque pase tiempo y baches, de alguna forma seguís siendo los mismos imbéciles que se descalzaban para ir a las últimas rocas de un muelle para estar cerca del mar.
O que aprovechaban las siestas de otros para tener un recuerdo gracioso y bueno, sí gracioso.
Porque las gamberradas nunca cambian si se llevan tatuadas en tu forma de ser, dejando de a lado a una gran desconocida, recordada como vergüenza.
Porque los lugares nuevos se disfrutan más en buena compañía.
Si es con los compañeros, los amigos, los recuerdos se mantienen intactos y siempre a la espera de vivir mejores y superarlos.
El año pasado fuimos Marcos, Pablo, Simón y yo a Málaga y estas son las fotos menos comprometedoras. Habrá que repetirlo, ¿no?
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